“Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia”
Marcos 1:11, Mateo 3:13 y 14 y Lucas 3:21 y 22
El misterio, la profecía y la verdad más profunda del evangelio de Dios a los hombres de esta época. Cree y declara que Jesucristo es el Hijo de Dios, Él es el cimiento espiritual en la edificación de tu vida, es la piedra angular del conocimiento perfecto y recto delante de Dios. El mantenerte en esta verdad es el destino a la eternidad: aquí inicia la travesía a las riquezas inescrutables en Jesucristo que nuestro Padre tiene preparado, diseñado y programado para ti.
Si crees esto en tu corazón y lo declaras con tu boca, nacerás de nuevo y tendrás la vida esperanzadora de amor, poder y fe, comprenderás que esta declaración es negada u omitida por aquéllos que no son de Dios, y es el principal parámetro de división de los que son Hijos de Dios y los que no lo son. Además, te harás acreedor de las siguientes promesas, acontecimientos y circunstancias:
Si lees los anteriores versículos podrás encontrar las grandes promesas y acontecimientos que el Padre ha preparado para ti. Hay diversos versículos que dan testimonio que Jesucristo es el Hijo de Dios y, a partir de que vivas y apliques esta verdad, el mundo y el enemigo de Dios tratarán de que te abstengas de vivir con este conocimiento. NO LO PERMITAS, TU ERES DE LOS HIJOS DE DIOS y nada ni nadie te podrán separar del amor y cuidado de nuestro Padre, Amén